1949: Nacido en París (Francia), Primeras luces…
Muy pronto me sentí fascinado por la fotografía. Tras pasar por la Universidad de Paris Dauphine, vinieron las clases experimentales de Claudine y Jean-Pierre Sudre. Tentativa de ingestión y digestión para alcanzar otra visión, desmistificando el razonamiento y por encima de todo libertad de visión y libertad para ensayarlo todo, siempre bajo el riguroso aprendizaje técnico y un gran apoyo moral.
La carrera consistía en una continuidad fluida de imágenes, apasionado tanto por la música de Mozart o del más sonoro jazz, por los placeres de la mesa y del buen beber… Gracias Claudine, gracias Jean-Pierre por haber apagado mi sed de conocimiento y libertad.
1974: Canadá.
Seis años de trabajo dominado por el blanco y negro, cambio de la visión más clásica por experimentos abstractos: visiones de espejo, “quasi simetrías” y otros efectos.
“Creo que la llegada de la fotografía en el siglo XIX, representación
de la verdadera realidad, es lo que permitió a la pintura deshacerse
del clasicismo representativo para abrirse al impresionismo y a los
movimientos que le siguieron, pero para muchos fotógrafos la
verdadera realidad se convirtió en una especie de trampa. No he
aceptado nunca que la captación fotográfica de imágenes sea un
“art moyen” como escribió Bourdier”.
1985: Travesía en el desierto.
Durante años un sentimiento de no hacer nada nuevo. Mi mañana siempre terminaba como pálidas reflexiones del ayer. Un sentimiento de pérdida de la técnica, tan cuidadosamente adquirida, por falta de uso. Sin creación innovadora era como mirar un muro blanco con el espíritu ausente.
“Durante estos años, la creación y dirección de una empresa de
comunicación multimedia ocupaba la mayor parte de mi tiempo,
si bien lo más profundo de mí buscaba refugio en la fotografía.
Gracias a quien me despertó brutalmente a la realidad una noche
de ebriedad constructiva…”